USA la potencia asesina

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U.S.A. inicia su ascenso al poder mundial lanzando 2 bombas atómicas a Japón ya vencido, para advertir a Rusia. Sigue con guerras: Corea, Vietnam, Laos, Camboya, Líbano, Afganistán, Irak, Siria, Libia, Yemen, Somalia; más golpes de estado en América Latina; Invasiones: fallida a Cuba y exitosas a Dominicana, Grenada, Panamá; apoyo a toda dictadura de derecha en el mundo; dominio de Europa, llena de sus bases militares y convertida en servil protectorado; poder mundial para imponer su sujeción al planeta Tierra: dominio pleno de los medios; sanciones al que se resista; su dólar emitido sin respaldo e impuesto como moneda al mundo; control y robo de divisas ajenas; manejo en su interés de Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), Organización Mundial del Comercio (OMC), de bolsas, comercio, banca, finanzas mundiales, y sistemas de pago, que hoy día controlan todos los intercambios. Más guerras que destruyen países; más agresiones, sanciones y amenazas. La creciente amenaza de guerra nuclear contra Rusia y China que podría acabar de una vez con esta civilización capitalista desigual y podrida que se está hundiendo a diario ante nuestros ojos.La cifra de crímenes y la lista de muertos, inválidos, torturados y desaparecidos por U.S.A., lista que no para de crecer, como la de pueblos arruinados por sus guerras asesinas, su saqueo de países y su cínica hipocresía que hace pasar ese enorme prontuario criminal como lucha por democracia y libertad, han superado claramente a los nazis. El imperio yanqui lleva dos siglos en esto y en medio de su actual decadencia amenaza al mundo con crímenes mayores. Poca duda cabe de que no ha habido otro país más asesino, de que la peor plaga que le haya caído a este planeta es ese país dispuesto a destruir el mundo antes de aceptar compartir con otras potencias su dominio, que solo puede ser exclusivo suyo. Ante esto, ¿Qué queda de los nazis y sus crímenes que no haya sido ampliamente superado por U.S.A.? ¿Cómo podría ese país súper nazi que es U.S.A. condenar al nazismo?“El Tío Sam y el nazismo”Por: Vladimir Acosta – Publicado en Aporrea, el 12/01/2022

5Francisco Cordero-Gené y 4 personas más1 comentario1 vez compartido

A Guatemala aun no redimida.

De Pablo Neruda la Oda a Guatemala.

Guatemala, hoy te canto.

Sin razón, sin objeto, esta mañana amaneció tu nombre enredado en mi boca,

verde rocío, frescura matutina,

recordé las lianas que atan

con su cordel silvestre

el tesoro sagrado de tu selva.

Recordé en las alturas

los cruses invisibles de tus aguas,

sonora turbulencia secreta,

corolas amarradas al follaje,

una ave como súbito zafiro,

el cielo desbordado,

lleno como una copa

de paz y trasparencia.

Arriba un lago con un nombre de piedra.

Amatitlán se llama.

Aguas, aguas del cielo lo llenaron,

aguas, aguas de estrellas

se juntaron

en la profundidad aterradora

de su esmeralda oscura.

En sus márgenes las tribus

del Mayab

sobrevien.

Tiernos, tiernos

idólatras

de la miel,

secretarios

de los astros,

vencidos vencedores

del más antiguo enigma.

Hermoso es ver

el vestido esplendor

de tus aldeas,

ellos se atrevieron

a continuar llevando,

resplandecientes túnicas,

bordados amarillos,

calzones escarlatas,

colores de la aurora.

Antaño

los soldados

de Castilla enlutada

sepultaron América,

y el hombre

americano

hasta ahora

se pone la levita

del notario extremeño,

la sotana

de Loyola.

España

inquisitiva,

purgatoria,

enfundó los sonidos y colores,

las estirpes de América,

el polen, la alegría,

y nos dejó su traje

de salmentino luto,

su armadura

de trapo inexorable.

El color sumergido

sólo en ti sobrevive,

sobreviven radiosos,

los plumajes,

sobrevive

tu frescura de cántaro,

profunda

Guatemala,

no te enterró la ola

sucesiva

de la muerte,

las invasoras alas

extranjeras,

los paños funerarios

no lograron

ahogar tu corola

de flor resplandeciente.

Yo vi en Quetzaltenango

la muchedumbre fértil

del mercado,

los cestos

con el amor trenzados,

con antiguos

dolores,

las telas

de color turbulento,

raza roja,

cabezas de vasija,

perfiles

de metálica azusena,

graves miradas, blancas

sonrisas como vuelos

de garzas en el río,

pies de color de cobre,

gentes

de la tierra,

indios

dignos como

monarcas de barajas.

Tanto humo cayó

sobre sus rostros, tanto

silencio

que no hablaron

sino con el maíz, con el tabaco,

con el agua,

estuvieron

amenazados por la tiranía

hasta en sus erizados territorios,

o en la costa

por invasores norteamericanos

que arrasaron la tierra,

llevándose los frutos.

Y ahora

Arévalo elevaba

un puñado de tierra

para ellos,

sólo un puñado

de polvo germinal, y es eso,

sólo eso,Guatemala,

un minúsculo

y fragante

fragmento de la tierra,

unas cuantas semillas

para sus pobres gentes,

un arado

para los campesinos.

Y por eso

cuando Arbenz

decidió la justicia,

y con la tierra repartió fusiles,

cuando los

cafeteros

feudales

y los aventureros de Chicago

encontraron

en la casa de Gobierno

no un títere despótico,

sino un hombre,

entonces

fue la furia,

se llenaron los periódicos

de comunicados:

ardía Guatemala.

Guatemala no ardía.

Arriba el lago

Amatitlán quieto como mirada

de los siglos,

hacia el sol y la luna relucía,

el rio Dulce

acarreaba

sus aguas primordiales,

sus peces y sus pájaros,

su selva,

su latido

desde el aroma original de América,

los pinos en la altura

murmuraban,

y el pueblo simple

como arena o harina

pudo, por vez primera,

cara a cara

conocer la esperanza.

Guatemala,

hoy te canto,

hoy a las desventuras del pasado

y a tu esperanza canto.

A tu belleza canto.

Pero quiero

que mi amor te defienda.

Yo conozco

a los que te preparan una tumba

como la que cavaron a Sandino.

Los conozco. No esperes

piedad de los verdugos.

Hoy se preparan

matando pescadores,

asesinando peces de las islas.

Son implacables. Pero

tú, Guatemala, eres

un puño y un puñado

de polvo americano con semillas,

un pequeño puñado

de esperanza.

Defiéndelo, defiéndenos ,

nosotros

hoy sólo con mi canto,

mañana con mi pueblo y con mi canto

acudiremos

a decirte » aquí estamos»,

pequeña hermana,

corazón caluroso,

aquí estamos dispuestos

a desangrarnos para

defenderte,

porque en la hora oscura

tu fuiste

el honor, el orgullo

la dignidad de América.