La hora hora de Chaves

ARTICULO DE «EL ESPECTADOR» DE COLOMBIA

Chávez: Una revolución democrática

William Ospina*

La diferencia más visible que puede señalarse entre Hugo Chávez y su admirado Simón Bolívar es esta: que Chávez no tuvo que hacer la guerra para triunfar.

Eso es también lo que diferencia a Chávez de Fidel Castro y del Che Guevara: detrás de esas leyendas hay una historia de guerras y de sangre, y Chávez pudo por suerte asumir el desafío de emprender la transformación de la sociedad, como lo reclamaban hasta los poderosos de todo el continente, recurriendo sólo a los instrumentos de la democracia.

Su única derrota, la del golpe militar que intentó en 1992 contra Carlos Andrés Pérez, se convirtió al final en otra victoria, porque lo salvó de haber llegado al poder, en su impaciencia, por la vía traumática de una ruptura violenta de la institucionalidad. Cuánto no habrá agradecido después que su acceso al poder no hubiera estado manchado por la violencia, sino que hubiera tenido la legitimidad de una elección indiscutible. Aunque sus compañeros habían logrado su objetivo en las provincias, cuando vio que no había podido tomarse el poder central, él mismo dio la orden a todos sus amigos de rendir las armas y les dijo que asumiría toda la responsabilidad del levantamiento.

Fue entonces cuando dejó flotando sobre la sociedad ese “por ahora”, que parecía una confesión de derrota, pero que pronto se convirtió en una promesa. El pueblo venezolano lo eligió una y otra vez, para desesperación de sus opositores, que nunca entendieron que la única manera de enfrentarse a un líder histórico de la importancia de Hugo Chávez, pasaba por hacer un reconocimiento a la verdad y a la justicia de su causa.

Un país riquísimo, cuya riqueza principal pertenece al Estado, es decir, a la comunidad, había visto con asombro cómo unas élites petroleras arrogantes e insensibles se paseaban por el mundo como jeques saudíes mientras el pueblo venezolano se hundía en la pobreza y en el desamparo. Nadie puede negar que esas élites fueron las que educaron al país en la lógica precaria de los subsidios y las que nunca hicieron esfuerzos serios por “sembrar el petróleo”, por convertir la riqueza petrolera en una economía diversa que estimulara el trabajo social y la iniciativa de la comunidad. Después le reclamarían a Chávez no haber hecho plenamente en diez años esa siembra y esa diversificación que ellos no intentaron en 50.

Durante décadas y décadas la pobreza creció en Venezuela, y a diferencia de Bogotá o de Buenos Aires, donde es posible mantener la dilatada pobreza oculta a los ojos de los visitantes, Caracas vio surgir en sus cerros las barriadas de los desposeídos, las rancherías que contrastaban con la innegable opulencia petrolera.

Ya en 1989, la pobreza de las muchedumbres se había convertido en desesperación y Chávez cosechó lo que los poderes venezolanos habían sembrado: la indignación del pueblo, la inconformidad, el ahogado espíritu de rebelión al que él le supo dar finalmente su lenguaje y su rumbo.

Ahora se quejan de la supuesta falta de modales de este líder seductor e impulsivo, un hombre de origen humilde que no simulaba aristocracia, que decía lo que sentía como le gusta al pueblo que se diga: con un lenguaje llano y directo, desafiante y a veces peligrosamente sincero. Yo dudo que haya habido en Latinoamérica un político más surgido de la entraña del pueblo, más parecido a las hondas sabidurías, las malicias, las travesuras y las valentías del alma popular.

Una de las muchas cosas que demostró es que se podía hablar de los grandes asuntos de la economía y de la política en un lenguaje sencillo. Se ha vuelto costumbre entre nosotros que los jóvenes egresados de Harvard y de Oxford que manejan los asuntos públicos utilicen para hablar de economía una jerga de iniciados que hace sentir a todos los demás incapaces de acceder a los arcanos de esa ciencia imposible. Es un evidente mecanismo de exclusión, algo para alejar a los profanos; por eso, de las manos de esos ministros eruditos brotan a menudo los colapsos financieros, los “corralitos” que hunden a países enteros en la ruina, y la tolerancia de robos descarados como los de DMG en Colombia, que estafaron a cientos de miles de personas sin que ningún perfumado experto viniera a explicarle al pueblo y a las clases medias que estaban cayendo, con el beneplácito del poder, en las redes de unos asaltantes cínicos.

La economía, de la que depende el bienestar de millones y millones de personas, no puede ser una ciencia abstrusa e inextricable, y esa farsa descarada es apenas un mecanismo para mantener a los pueblos lejos de la posibilidad de entender los procesos y de juzgar los resultados.

Con unas cuantas alianzas internacionales, y una reducción de la oferta, Chávez logró que los precios del petróleo alcanzaran cifras asombrosas y tuvo de repente en sus manos unos recursos incalculables para echar a andar su proyecto. El primer reclamo que se hizo a su política fue que hubiera dedicado recursos del petróleo a ayudar a los países vecinos y a conseguir aliados en el mundo. Pero a comienzos de los años 70 un ilustre antecesor de Hugo Chávez, Salvador Allende, intentó también transformar su sociedad sin recurrir a la violencia, confiando en el respeto a las instituciones que proclamaba y exigía el gobierno norteamericano y que juraban con firmeza los ejércitos y los potentados. Cuando vieron que Allende intentaba transformaciones reales, el famoso respeto por la institucionalidad que predicaban el imperio y sus adláteres se fue al piso, y una conspiración criminal acabó con Allende, con sus sueños y con la fe en la democracia de toda una generación. Las guerrillas arreciaron por todas partes, el ejemplo de Pinochet fue seguido por militares de varios países, y una noche de sables y de crímenes, que todavía tiene sentados en los estrados a esos viejos generales genocidas, fue el precio que Latinoamérica pagó por la interrupción del proceso democrático chileno.

De todos los procesos políticos y culturales que necesitaba vivir América Latina, ninguno es más importante que la incorporación de los pueblos a la leyenda nacional. La deformación colonial, prolongada por una tradición de castas señoriales que borró a los pueblos indígenas, sus lenguas, sus memorias y sus mitologías; que después de liberar a los esclavos no se esforzó por construir un proyecto de integración social, de educación, de salud y de incorporación a un relato de los orígenes; y que postró a los pobres en la inermidad y la exclusión, exigía en todas partes una gran reforma que devolviera a los pueblos el protagonismo, liberando su iniciativa histórica.

Esa fue la tarea que parcialmente cumplieron la Reforma de Benito Juárez y la Revolución de Villa y de Zapata en México, los gobiernos de Roca e Irigoyen y el movimiento peronista en Argentina, el movimiento de Eloy Alfaro en Ecuador y la rebelión de los mineros de Bolivia en 1952. También la lograron los primeros tiempos de la Revolución cubana, antes de que el bloqueo norteamericano forzara al Estado a imponer restricciones de guerra. Darle su lugar al pueblo en la historia es algo que sólo se logra con respeto verdadero, con oportunidades, con valores, con cohesión social, y fortaleciendo la dignidad de quienes, si no se les permite ser ciudadanos plenos, tienen que terminar convirtiéndose en parias o en verdugos.

Cuánto habría ganado Colombia si le hubiera permitido llegar al poder hace 65 años a Jorge Eliécer Gaitán. Los 300 mil muertos de la violencia de los años 50, y los 500 mil muertos del resto del siglo, atribuibles por igual a las guerras, la violencia, la pobreza y el desamparo social, la delincuencia, la proliferación de las guerrillas y la industria del secuestro, el crecimiento de las mafias, el desmonte de la estructura institucional, la pérdida de sentido patriótico de las élites empresariales y la creciente corrupción política, el paramilitarismo, la juventud arrojada a las guerras de supervivencia, y la caída de muchos militares en la tentación del crimen y la riqueza fácil, todas esas cosas se habrían conjurado con la incorporación del pueblo a la leyenda nacional, que era el sentido profundo del proyecto gaitanista, con la restauración moral que reclamaba su oratoria enfática y pacífica. De todo eso posiblemente salvará el pacifismo chavista a Venezuela, y hasta los que lo odian se lo agradecerán algún día: de vivir en un país como Colombia, donde las carreteras llegaron a convertirse por momentos en caminos sin retorno, y donde en los meses de enero y febrero de 2013 ya llevamos contados más de mil desaparecidos.

Chávez creyó en la democracia. Entendió que no iba a recurrir a las armas, pero que su proceso no se abriría camino si caía en la ilusión de ser, en tiempos imparables de globalización, una aventura encerrada en las fronteras de su país. Se inspiraba en Bolívar, quien nunca aceptó esa idea estrecha de unos paisitos incomunicados, y siempre predicó el ideal de la solidaridad y la construcción de una patria continental.

Los magnates de cada país saben ejercer su derecho a la universalidad, el derecho absoluto de cruzar las fronteras con sus capitales, pero miran con recelo la solidaridad de los pueblos. Las fronteras están cerradas para todo el que no forme parte del mercado financiero. Chávez conocía suficiente geografía e historia para tener una idea de geopolítica más amplia y audaz que la de los gobiernos sujetos sólo a las órdenes del gran capital. Fortalecer a la América Latina era su única forma legítima y eficaz de fortalecer a Venezuela, y en esa medida no hacía más que aceptar las reglas de juego de la globalización, que tanto nos predican como un deber inexorable mientras no pretendamos beneficiarnos de ellas.

A la sombra de Chávez, que tenía más poder de forcejeo en el escenario internacional, y menos obligación de respetar el protocolo, varios procesos democráticos se abrieron camino en América Latina. Viendo la irreverencia de Chávez, a la vez estudiada y espontánea, resultó menos discutible la lucha de Evo Morales y los indígenas bolivianos, y parecían de seda los gobiernos populares de Lula da Silva y de Rafael Correa, de Néstor y Cristina Kirchner y de Pepe Mujica. Chávez apostaba las cartas mayores, y estaba listo para respaldar a los gobiernos amenazados y a los procesos en peligro.

Coincidió el gobierno de Chávez con el momento de mayor desprestigio del poderío mundial de los Estados Unidos, el momento de mayor caída de su liderazgo democrático y moral en el planeta. Los atentados terroristas de Al Qaeda cambiaron el orden de prioridades del imperio; después de décadas de imposición de políticas imperiales en América Latina, incluida la criminal Escuela de las Américas, que educó en la violación de los derechos humanos a una generación de militares en el continente, los gobiernos norteamericanos abandonaron su interés por la América Latina, se lanzaron en Asia a grandes invasiones militares, a una equivocada lucha contra el terror mediante la estrategia del terror, y se hundieron en la barbarie.

Chávez entendió la importancia de ese momento histórico: América Latina, perdida la tutela del hermano arrogante, podía ingresar de verdad en la era de la globalización y abrirse al mundo. Otras potencias se fortalecían, el dragón chino había despertado, Rusia recuperaba su fuerza. Y si Estados Unidos, Francia, Italia, Inglaterra y España recibían alborozados a Muamar Gadafi y lo dejaban plantar tiendas en sus países, por qué habrían de reprocharle a Chávez que se acercara al gobernante de un país petrolero con quien tenía intereses comunes. Chávez al menos no tuvo la indignidad de abrazar a Gadafi ante las cámaras y bombardearlo cuando se apagaban los reflectores, como lo hicieron los gobiernos de Francia y de Inglaterra. No fue ofendido por él, lo despidió como a un amigo, y no entró a saco en esa Libia en ruinas, como Cameron y Sarkozy, a reclamar el botín del socio abandonado.

Sabía que si a un nuevo Kissinger, o a una envanecida Condoleezza Rice, se le ocurriera aconsejar la invasión de su territorio, la respuesta no sería sólo del pueblo venezolano, sino de Ecuador y Brasil, de Cuba y Nicaragua, de los países antillanos y Bolivia, de Uruguay, Paraguay y Argentina, pero muy posiblemente también de China y Rusia, y de mucha gente que lo respetaba en todo el mundo. Haber garantizado la independencia de su país le permitió hablar con firmeza, de igual a igual, en el escenario mundial.

El estilo de Chávez merece muchos comentarios. Hay una anécdota que sin duda ha de ser apócrifa, pero que a pesar de todo describe muy bien el espíritu de este luchador a la vez pintoresco y profundo, arrebatado y travieso, desafiante y desconcertante. Se decía que una vez, en una de tantas cumbres de gobernantes, esas cumbres de las que él mismo dijo, con un epigrama inolvidable, que “los gobiernos van de cumbre en cumbre y los pueblos de abismo en abismo”, Chávez se encontró con la reina Isabel de Inglaterra y corrió a darle un abrazo. La anécdota añade que los guardias de la reina se interpusieron enseguida, informándole a Chávez que el protocolo inglés no permitía que nadie abrazara a la reina, y que Chávez contestó con una sonrisa: “Sí, pero el protocolo venezolano exige que abracemos a nuestros amigos”. La anécdota, como digo, ha de ser apócrifa, pero el hecho que ilustra es profundo. Lo que quiere decir, en una sociedad hondamente marcada por la supremacía de las metrópolis y por la etiqueta de las potencias, es que en nuestro tiempo un rey y un presidente son poderes exactamente iguales, que el protocolo inglés no puede ser más respetable que el venezolano.

En esa fábula imaginaria está más profundamente expresada que en ninguna otra parte la verdadera importancia de un hombre como Hugo Chávez para la historia latinoamericana: en un continente acostumbrado a sentirse subalterno, a ser un invitado de segunda en el banquete de las naciones, un hombre les recordó a todos que había pasado el tiempo de la supremacía y de las supersticiones de superioridad; que si había llegado el tiempo de la democracia y de la República es porque había llegado el tiempo de los pueblos, y que en el mundo moderno, como lo quiere todo el arte contemporáneo, como lo anuncian la literatura y la pintura desde los tiempos de Shakespeare y de Velázquez, un rey y un campesino tienen la misma dignidad metafísica y estética, un hijo de los llanos de Barinas y una hija de los castillos de Windsor tienen la misma dignidad y el mismo valor, y si son aceptados por sus pueblos como representantes y voceros, no pueden presumir de ningún tipo de jerarquía.

Por fuera de la anécdota, eso fue lo que hizo Chávez a lo largo de todo su gobierno, y a lo mejor a lo largo de toda su vida, y con ello no les dio una lección sólo a los gobiernos de América Latina, sino a cada uno de los ciudadanos de este continente. Como lo había enseñado Bolívar y lo olvidaron sus sucesores, ya estamos en igualdad de condiciones con todos los ciudadanos del mundo, pasó la edad de las diademas, una banda presidencial y una corona son el mismo símbolo, salvo por la diferencia metafísica de que la corona representa el poder de la tradición y la banda el poder del presente: a la corona la sostienen millones de fantasmas y a la banda la tejen millones de voluntades vivientes.

Pero qué gran país es Venezuela; qué alto sentido de respeto por los conciudadanos el de un país que aun en medio de las más borrascosas diferencias de opinión no se hunde en la violencia sectaria y en el baño de sangre que ha caracterizado cíclicamente a algunos de sus vecinos. Venezuela vive hace quince años, no en la polarización, como afirman algunos, sino en la apasionada politización que caracteriza los momentos de grandes transformaciones históricas. Chávez y sus hombres aceptaron llamar revolución al proceso emprendido, pero hay que conceder que el siglo XX dejó la palabra revolución, por generosa, legítima o inevitable que fuera, cargada de bombas y de sangre, de horrores civiles y tragedias imborrables, y en cambio la revolución de Chávez ha consistido en unas decisiones económicas y en unas movilizaciones políticas: no en fusilamientos, ni proscripciones, ni censuras.

Es esto tal vez lo que le da al proceso liderado por Hugo Chávez su magnitud histórica: nadie puede ignorar la importancia de lo que ocurre, nadie puede ignorar la enormidad de los problemas urgentes que ha enfrentado, la enormidad de las soluciones que ha intentado, y sin embargo se ha cumplido en un clima de paz, de respeto por la vida, en el marco de unas instituciones, y atendiendo a altos principios de humanidad y de dignidad.

Los opositores, que son muchos, lo negarán, como es su derecho, y la prensa de oposición en Venezuela, que es casi toda, afirmará que estos tres lustros han sido de persecución y de censura, como lo han dicho a los siete vientos con todos los recursos de la comunicación moderna en estos trece años. Pero los opositores no pueden negar la generosidad de propósitos de este proceso, así como el chavismo no puede negar la civilidad de sus adversarios, en un continente donde ha habido contrarrevoluciones más feroces y sanguinarias que las revoluciones a las que combatían.

Los millones de personas que lloran con el corazón afligido la muerte de su líder, la dimensión planetaria de esta muerte y la enormidad popular de este funeral confirman que estamos ante un hecho histórico de grandes dimensiones. La verdad se conoce: Venezuela es uno de los pocos países del mundo que se han permitido el lujo inesperado de emprender una transformación histórica con el menor costo posible de confrontación y de arbitrariedad.

Finalmente, Chávez bien podría haberle hecho un favor inmenso a la democracia, Chávez podría ser, en América Latina y a comienzos del siglo XXI, el hombre que refutó la teoría de que la violencia es el motor de la historia. Muchos habrán querido forzarlo a la violencia, muchos soñarán aún con intentarlo, pero cuando ya creíamos que era verdad que el Estado existe sólo para garantizar privilegios y para mantener lo establecido, alguien ha venido a demostrarnos que la democracia puede ser un instrumento de transformaciones reales, que abran horizontes de justicia para las sociedades.

Hugo Chávez, con su mirada sonriente de llanero y su sonrisa profunda de hombre del pueblo, bien podría haber hecho algo mucho más profundo y perdurable que inventar el socialismo del siglo XXI: es posible que haya inventado la democracia del siglo XXI.

William Ospina* Escritor, ensayista y columnista de El Espectador.

Los estudiantes de Colombia se revelan

Declaración del III Congreso Nacional de la Federación de Estudiantes
Universitarios de Colombia.

«El régimen neoliberal condena a la juventud al endeudamiento eterno por una
educación de baja calidad»

FEU Colombia
Red de Medios Alternativos y Populares Valle (REMAP)

DECLARACIÓN POLÍTICA III CONGRESO NACIONAL FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS, FEU-COLOMBIA

Las y los estudiantes de Educación Superior y secundaria, de instituciones
públicas y privadas, provenientes de todos los rincones del país, y que nos
hemos dado cita en el III Congreso de la Federación de Estudiantes
Universitarios, FEU Colombia, escenario amplio y democrático de construcción
conjunta de caminos que nos llevan con certeza hacia una Universidad para la
segunda y definitiva independencia; estamos convencidos que estos son
justamente, caminos de unidad. Es por ello, que en distintos escenarios,
desde distintas percepciones y con mucho entusiasmo, entendiendo el momento
histórico en que se encuentra la educación y las condiciones del pueblo
colombiano, declaramos que:

Las cada vez más dramáticas crisis del capital a escala global, conllevan a
profundizar la miseria, la muerte y la dependencia de nuestro país; haciendo
necesarias las luchas que en diversos puntos del planeta y que hoy
protagonizan pueblos comprometidos con un profundo cambio, nos permiten
entender que un nuevo mundo es necesario y posible.

En nuestra América Latina, la Patria Grande nos reclama la realización de la
esperanza y nos muestra claramente la posibilidad de ser, como jóvenes y
estudiantes, protagonistas de la historia. La construcción de una nueva
realidad social, económica, política, cultural y ambiental para los países
latinoamericanos, es tarea del conjunto de sectores y organizaciones
sociales, resaltando que el proceso de lucha popular le está dando de nuevo
al movimiento estudiantil, la oportunidad de contribuir decididamente con el
impulso de las acciones y propuestas que remuevan las más anquilosadas
estructuras de explotación, despojo y empobrecimiento del conjunto de la
población.

La realidad colombiana presenta actualmente una de las caras más oscuras del
neoliberalismo en la región. No siendo suficiente con haber convertido a la
nación en uno de los más crueles escenarios de guerra contra la sociedad y
las organizaciones populares, mediante la represión de las fuerzas
militares, las acciones soterradas de cuerpos paramilitares y al amparo de
la financiación norteamericana, hoy nuestro país está siendo utilizado como
laboratorio de reinvención del modelo económico, tan profundamente
cuestionado en todas las latitudes del planeta. Un modelo, que parangonado
como tercera vía, nos conduce a un mismo destino, aquel que ya ha sido
trazado por la elite en el poder para el pueblo colombiano: sangre,
violencia, exclusión, saqueo y explotación son los componentes reales, de
aquello que llaman sin sonrojarse democracia, hoy día entendida como Unidad
Nacional.

El neoliberalismo impuesto a boca de fusil es la versión más nefasta de las
actuales lógicas del capital nacional y trasnacional, que ha debido sembrar
el terror para abrir amplios espacios a la expoliación de nuestros recursos,
fijando la meta de hacer del país un proveedor neto de materias primas, como
oro y palma africana. Mientras esto ocurre, los derechos y garantías
sociales y económicas de las y los trabajadores son violentados sin reparo,
a través de leyes mezquinas que dejan la carga de la crisis del capital en
hombros del conjunto del pueblo. Es difícil detener la dirección del viento
y será aún más difícil detener al pueblo que armado de dignidad,
beligerancia y consecuencia ha demostrado estar dispuesto a asumir las
riendas de su propio destino; el primer paso hacia la segunda y definitiva
independencia radica en que el pueblo reclame la suya frente a la clase que
le gobierna.

La persecución, el amedrentamiento y el señalamiento a las voces disidentes
son las realidades de una falsa democracia, capaz de invertir más en guerra
que en educación, y al igual que otros procesos de resistencia en el país,
los estudiantes continuamos siendo víctimas de la estigmatización, el
asesinato, el encarcelamiento y el exilio. Innegablemente nuestro compromiso
es con la Paz.

Los y las estudiantes participantes en el III Congreso de la FEU estamos
convencidos que los actuales rumbos de la Patria no son los que harán
posible su dignificación. Por el contrario, claramente comprendemos que es
fundamental recobrar la soberanía, entregada desde hace tanto tiempo por
quienes se apoltronan abusivamente en los más altos niveles del poder.

Siendo la educación nuestro campo de lucha inmediato, el régimen sólo nos ha
dado la posibilidad de verla convertida en una mercancía, antes que vivirla
realizada como un derecho; saberla dirigida únicamente a la estrecha
formación de individuos con conocimientos específicos -prestos a ser piezas
funcionales de las lógicas de exclusión y explotación-, antes que a la
formación de sujetos políticos de transformación y profesionales
comprometidos con las necesidades de la Patria.

La puerta en el camino de la privatización de la educación pública en
nuestro país se abrió en 1992 con la formulación de la Ley 30. La
instalación del mercado de la educación superior no ha resuelto los graves
problemas de cobertura, calidad, deserción, exclusión y acceso que
caracterizan el sistema educativo nacional. El crédito educativo se
convirtió en la única forma de acceso a modos precarizados de educación,
mientras que el acceso a la educación pública se estrechó aún más,
evidenciando las graves falencias de la básica y media que hoy por hoy, no
están otorgando los mínimos suficientes para acceder a la formación superior
de carácter estatal.

La reforma a la ley 30 y los impactos que tendrá sobre la educación la firma
del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, son la muestra palpable de
la voracidad del capital, en la incesante búsqueda de nuevos mercados y
fuentes para la elevación de la ganancia. Ha sido este el motor fundamental
de la nueva reforma, que busca llevar a la Universidad Pública por el camino
de la autofinanciación y la pérdida de autonomía, mientras que en las
universidades privadas se dará paso a la profundización del silencioso drama
del endeudamiento y la baja calidad de la formación. Los únicos intereses
defendidos en las propuestas del régimen, ejecutadas por el gobierno de
turno, son los del capital trasnacional y el sistema financiero, mientras
que se condena la ya vapuleada juventud de nuestro país, al endeudamiento
eterno por una educación de baja calidad y para la dominación.

Cansados hasta la saciedad de esta situación y ante el nuevo embate del
capital contra lo poco de garantías reales para una educación gratuita,
pública y de calidad, decimos: ¡BASTA! Nos comprometemos con el reclamo de
este nuevo momento en la Historia y cerramos filas por el derecho a la
educación para todas y todos los colombianos, y en defensa de la Universidad
Pública.

Si la educación es, como lo defendemos, un proceso de creación de sujetos,
no puede, bajo ninguna circunstancia ser tratada como una mercancía. Como ha
quedado demostrado, las leyes de oferta y demanda no son los garantes
necesarios para hacer de la Universidad el espacio creador que aporte a la
superación de los problemas más sentidos de nuestro país. La lucha es por
una educación pública, gratuita, de calidad, democrática y por un nuevo
modelo de escuela que en definitiva rompa con la escolástica.

¡ALERTA!, ¡ALERTA!, ¡ALERTA QUE CAMINA, LA
LUCHA ESTUDIANTIL POR AMÉRICA LATINA!

De igual manera, las y los estudiantes participantes en el III Congreso de
la FEU-Colombia, hacemos un firme compromiso para aportar en la
reconstrucción del movimiento estudiantil de secundaria, cantera invaluable
de cuadros y procesos organizativos que históricamente ha alimentado no sólo
al movimiento universitario, sino al barrial y popular en general. Una
educación superior como la que nos proponemos no será posible sino pensando
en el conjunto del sistema educativo, abandonando las visiones parcializadas
y volviendo nuevamente la cara a la profunda problemática de calidad que hoy
aqueja a la educación media y básica. A las y los estudiantes secundaristas
les decimos: ¡No están solos!, juntos habremos de forjar la lucha por esa
educación para la Segunda y Definitiva Independencia.

¡Seguimos soñando, seguimos trabajando! ¡No tememos, no retrocedemos! Porque
ya hemos iniciado la construcción de una nueva educación y un nuevo país,
ese que realmente estará a la altura de nuestros sueños; porque nuestra
lucha es entusiasmable, y eso nos hace invencibles; estamos construyendo el
paro nacional universitario, esperando trascender los logros de nuestros
compañeros en 1971; estamos construyendo el paro cívico nacional, esperando
fortalecer la articulación del movimiento social colombiano, esperando
despiertos un nuevo amanecer, el de aquel día en que la oscuridad nos evoque
el sosiego y no la muerte y la tristeza de que han colmado nuestras voces y
nuestras ideas.

Optimistas por el desarrollo de este espacio. Esperanzados por el avance del
movimiento estudiantil latinoamericano; atentos al desarrollo de la amenaza
que se cierne sobre la educación en Colombia. Creemos que es clara la
apuesta de las clases dominantes, pero aún más clara la respuesta del
movimiento estudiantil: debemos avanzar en los procesos de organización,
debemos fortalecer nuestras banderas programáticas, y debemos llenar las
calles de la beligerancia, rebeldía e irreverencia de aquellos que avanzan
hacia un futuro que no conocen, pero del que están convencidos será
radicalmente distinto del actual: una Universidad, en un tipo de sociedad en
la que el acento se ponga en la humanidad y no en la ganancia por parte de
quienes escriben la historia en la que se nos niega, pero que hoy forjamos.
Hoy declaramos: Que tiemblen los enemigos del pueblo, que tiemblen los
señores de la muerte y la miseria, que tiemblen las calles colombianas,
porque los estudiantes decimos: Acá estamos, Acá Seguiremos, y no
desfalleceremos hasta recuperar todo lo que nos ha sido negado. Hoy decimos
y demostramos que tenemos la estatura moral y política que demanda el reto
de construir la Universidad Para la Segunda y definitiva independencia, la
Universidad de una Nueva Colombia.

¡VIVA EL PARO NACIONAL UNIVERSITARIO! ¡VIVA LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS!
¡¡CONSTRUYENDO EL PARO CÍVICO NACIONAL!
¡POR UNA EDUCACIÓN PARA LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA.
_______________________________
Firma responsable: Rogelio Cedeño Castro, profesor de la Escuela de
Sociología de la UNA y Secretario de Educación del SITUN.

Colombia enjuiciada por Azalea Robles

COLOMBIA:  LIBERTADES , despojos y Secuestros.

Tomado de : Azalea Robles, Rebelión ( con modificaciones formales)

La Libertad ha sido ataviada con trajes de frivolidad y de egoísmo, para
justificar la mortífera codicia de los monopolios capitalistas. Y así
disfrazada nos la pasean por televisores y revistas, para que nos creamos
libres, cuando obtenemos un privilegio por encima de otro congénere, más
pisado aún que nosotros.

Deseos para la Libertad…

…que logremos rescatarla de esa definición a la que se ha visto arrinconada
por los adalides del capitalismo, porque la Libertad es más que poder elegir
entre decenas de marcas para un mismo producto; porque la Libertad es más
que poder capitalizar y acumular propiedad privada mientras esto causa la
exclusión de muchos; porque la Libertad es más que esa creencia implantada
de que se es “Libre” mediante el individualismo. Porque el “Libre mercado”
no es otra cosa que la vida encarcelada, ya que significa privatizaciones y
saqueo, significa el encarcelamiento de nuestros derechos más básicos a la
vivienda, la salud, la educación gratuita; significa la exclusión social y
el desprecio por la vida, el medio ambiente y la cultura… en beneficio de la
Libertad de acumular capital.

Libertad es compromiso social, solidaridad, responsabilidad ecológica…
debemos rescatarla…

“Libertad”, Según nos la dicen las fábricas de opinión:

La Libertad es la supuesta oportunidad de comprar los productos del sistema monopolista,
y así disfrazada nos la pasean por televisores y revistas, para que nos creamos
libres, cuando obtenemos el privilegio de comprar por ejemplo un teléfono celular, por encima de otro congénere, más pisado aún que nosotros.

El cual en determinados casos casi lo obligamos a robar para recobrar la dignidad perdida o menoscabada.

A La Libertad le quema como un ácido el disfraz que le han puesto los mass media y las fábricas de opinión, afín de convertirla en un aval de la codicia y la capitalización…

A la libertad le duele que la vean como frívola, que crean que ella se define según los privilegios de pocos, mientras la mayoría solo tiene la “libertad” de morir de hambre…

En el “mundo libre”, cada 7 segundos, un niño de menos de diez años se muere
de hambre. Según la FAO, 842 millones de personas sufren de malnutrición crónica.
En el “mundo Libre”, 200 millones de niños viven y duermen en las calles;
En América Latina y el Caribe hay 102 millones de seres humanos en completa
indigencia, o sea un 20 por ciento de la población.
Cada día mueren en el mundo por causas totalmente evitables unos 35 000
niños (UNICEF, informe Estado Mundial de la Infancia 2009).

Colombia: Libertad, presos y secuestro

Siete mil quinientos  presos políticos en Colombia, son completamente invisibilizados por
los mass media…. Son sindicalistas, estudiantes, maestros, campesinos,
ecologistas, todos ellos del pueblo, encarcelados en su mayoría bajo burdos
montajes judiciales y condenados por “terrorismo”… La cantidad de presos
políticos en Colombia es escandalosa, y sus condiciones de vida son
infrahumanas, ya que el Estado colombiano es unos de los principales Estados
torturadores en el mundo (OMCT). Pero estos presos políticos no nos deben
quitar el sueño: su subvaloración mediática ha domesticado incluso las
mentes de personas de “izquierda”, que no los reclaman.

La enmascarada democracia-electoral, es exclusiva de las clases gobernantes, si el pueblo siquiera lo intenta, es rápidamente masacrado por un Estado que se encarga de defender la “Libertad” al
Latifundio, y la “Libertad” que tienen las multinacionales de destruir montañas, ríos y comunidades con tal de extraer la riqueza codiciada.

Para aclararnos que en Colombia no hay democracia sino Ficción-Electoral, basta
recordar la masacre de la Unión patriótica: partido que buscaba justicia
social y fue exterminado por el Estado por su alta probabilidad de vencer en
elecciones. Más de 5.000 personas eliminadas físicamente por los militares y
el brazo paramilitar del Estado colombiano, bajo el “plan Baile Rojo”
diseñado en USA. ³

Es que, nos dicen los mass-media, la malvada guerrilla practica “secuestros”: “un atentado contra la libertad y la dignidad de las personas” ⁴ … y nos hacen creer que es una práctica tan común de la
malvada guerrilla que nos puede caer a todos y cada uno si asomamos las narices por
Colombia; pero nos tranquilizan un poco al hacernos ver también que gracias
al Estado y su Libertad para masacrar a todo aquel que le huela a “Rojo”,
ese riesgo para nosotros va decreciendo.

Lo que no nos dicen los mass-media es que los “secuestros” de la malvada
Guerrilla, son dirigidos a personas especificadas por leyes de la guerrilla,
y además buscan un Canje de Prisioneros: justamente buscan la liberación de
los invisibilizados 7.500 presos políticos.
De las más de 50.000 personas secuestradas, torturadas y
desaparecidas en Colombia por el Estado y su Herramienta paramilitar, nada
nos dicen esos mismos mass-media…. Pero es que los dueños de los mass-media
tienen el derecho, la Libertad de decir lo que les convenga para proteger
sus intereses económicos…

“Libertades” y muerte

No por nada los propietarios de los medios tienen esas Libertades mágicas de
transformar las mentiras en verdades, esos privilegios de sentar realidades
virtuales: es porque han “trabajado” para concentrar las riquezas y las
tierras, en una sociedad donde esas libertades son posibles: La plusvalía de
los salarios de sus trabajadores, la han conseguido gracias a mucha
iniciativa empresarial, como la iniciativa de armar bandas de asesinos a
sueldo que maten a sindicalistas que reivindiquen mejores salarios. La
concentración de tierras la han obtenido por herencia solo en una parte
, la ampliación de sus latifundios es el fruto de su audacia en los negocios, porque entendieron
que el terror puede forzar a millones de campesinos, indígenas y afro-
descendientes a abandonar sus tierras, para ir a apiñarse “libremente” en
los cinturones de miseria de las ciudades.

En Colombia hay más de 4 millones de personas desplazadas, que han
abandonado más de 6.000.000 de hectáreas de tierra, empujadas por el
Terrorismo de Estado, que con sus militares y su brazo paramilitar ha
perpetrado masacres atroces con el fin de vaciar extensas zonas de su
población: son zonas de alto interés económico… Estas tierras ahora se las
reparten latifundistas y multinacionales y en ellas intensifican producción
de agro combustibles, extracción minera, y megaproyectos, entre otras libres
utilizaciones que hacen del medioambiente… Los habitantes que quedan en las
tierras tienen la libertad de trabajar para los asesinos de poblados
enteros, en el agro-industrial, con salarios y condiciones esclavizantes.

La concentración de la riqueza es escandalosa en Colombia, el país ocupa el
puesto número 11 de coeficiente GINI de desigualdad en el mundo: es el
undécimo país con más desigualdad social del mundo. Según la CEPAL más del
49.2 por ciento de la población de Colombia vive bajo la línea de pobreza y
el 14.7 por ciento en condiciones de pobreza extrema. Las cifras de los
niños víctimas de la pobreza en Colombia son escalofriantes: 45% de ellos
son pobres y 17% se encuentran en la indigencia… Pero esos niños son Libres;
Libres de dormir en la calle; libres de “escoger” la prostitución infantil
para sobrevivir, libres de zapatos, de educación, de salud, de infancia…
completamente “libres” de todo. Y si llegan a tener un “espíritu
emprendedor” serán “libres” de integrar un grupo de sicarios para mejorar
sus condiciones de vida.

Mientras estas libertades inundan hoy las calles y los basurales de
Colombia, un solo banquero, Sarmiento Angulo, controla el 42% del crédito
Nacional y acaba de declarar ganancias en el último bimestre de 2009 por
1.250 millones de dólares.

Colombia es un país libre, tan Libre, que incluso ahora alberga en su suelo
7 bases militares del “País de la Libertad”: USA. Desde sus 7 bases
militares en suelo colombiano, el “País de la Libertad”, busca aniquilar a
la malvada guerrilla, y a los vientos peligrosos para la Libertad de Mercado
que soplan en Venezuela y en América.

Libertad de abusar a las nativas para los marines USA

Colombia es una colonia Libre, tan libre que en ella los marines gozan de
Libertad Total. Plenas Libertades. El gobierno colombiano ha firmado con USA
un tratado según el cual los nacionales de USA no podrán ser perseguidos
ante el TPI (Tribunal penal internacional), por sus crímenes cometidos o a
cometer en Colombia, esto les otorga plena inmunidad.

Hay ya varios casos de niñas violadas por soldados y oficiales gringos en
Colombia. Con las nuevas bases y el tratado de inmunidad, los
estadounidenses tendrán más Libertad de violar y abusar a las nativas.

El caso de una niña de 12 años violada en la base colombiana de Melgar «por
un oficial activo del Ejército de los Estados Unidos y uno retirado: Michael
Cohen y Cesar Ruick» ⁵ es escalofriante, pues ella y su madre ya han
sido
víctimas de un intento de asesinato en Bogotá, por tratar de visibilizar las
violaciones sufridas.

A pesar de la peligrosidad que implica hacer investigaciones, ya se conocen
otros casos de varios uniformados estadounidenses implicados en violaciones
y torturas «muchachas que fueron torturadas sexualmente» ⁵ , actos que
fueron grabados en vídeo y publicados; una de las jóvenes se suicidó.

Colombia es una colonia Libre… lo único que ocasiona una “mancha” en ese
paraíso de libertades, es una malvada guerrilla que probablemente ahora
mismo conspira malvadamente para privar de sus Libertades al exitoso
emprendedor y banquero Sarmiento Angulo, y para impedir en sus Libertades a
los “gloriosos marines”.

Notas:

¹ Campaña para la liberación de presos políticos en Colombia:
http://www.kaosenlared.net/noticia/campana-liberacion-presos-politicos-
colombia

² Ingrid Betancourt: http://www.kaosenlared.net/noticia/frasecita-perversa-
ingrid-guerra-conceptual-sustenta-horror-complicida

³ U.P: ver “El baile Rojo”: http://www.youtube.com/watch?
v=jDbg08BR3lg&feature=PlayList&p=ED1EDF35E4C7D4AA&index=0

⁴ Datos acerca de la Libertad y la Dignidad en Colombia:
http://www.kaosenlared.net/noticia/saqueo-terrorismo-estado-secuestran-
millones-vidas

http://periodicopg.com.ve/?q=node/16727/pdf
Rebelión ha publicado este artículo con permiso de la autora, respetando su
libertad para publicarlo en otras fuentes.

Los verdaderos enemigos de la paz.

Uribe, Clinton y Obama.
LOS VERDADEROS ENEMIGOS DE LA PAZ REGIONAL.
Por Rogelio Cedeño Castro.

Decir que el gobierno de Venezuela está creando un clima de
desestabilización y de guerra en la región latinoamericana, tal y como
afirma en su sección editorial el diario La Nación de San José de Costa
Rica, en su edición del jueves 12 de noviembre de 2009, no sólo es faltar a
la verdad más elemental, sino también llevar a cabo el más deshonesto y
peligroso juego para confundir a la población acerca de lo que de verdad ha
venido ocurriendo en esta parte del mundo, todo ello dentro del universo
totalitario, plagado de imágenes y construcciones orwellianas (vgr. George
Orwell, en las páginas de su novela 1984), a que nos viene acostumbrando el
aparato mediático internacional y sus corifeos locales.
De esta manera, el doble lenguaje y el doble pensar de que nos hablaba en su
obra aquel periodista inglés que fue a combatir en la guerra civil española,
de 1936 a 1939, se encarnan en un amplio espectro de medios de comunicación
social(¿????) encargado de ocultar la realidad y satanizar a las próximas
víctimas. Por supuesto, de lo que se cuidan muy bien de hablar estos medios
de (in) comunicación es de mencionar siquiera, el tema de las siete bases
militares de que dispondrán los Estados Unidos en territorio colombiano, y
mucho menos de sus graves implicaciones, dentro de lo que se ha convertido
en una amenaza cierta para el resto de los países de Suramérica, quienes en
la última cumbre de los países de UNASUR no lograron convencer al gobierno
colombiano, de cumplir con su obligación de dar a conocer los alcances del
acuerdo, firmado entre Colombia y los Estados, el pasado 30 de octubre.

Además, en lo que se constituye en una las más groseras aplicaciones de las
tácticas de guerra de baja intensidad, Washington y Bogotá siembran una
cortina de humo para ocultar las siniestras intenciones de la sanguinaria
dictadura colombiana, encarnada en el régimen de Álvaro Uribe Vélez, las que
podrían comprender una extensión del conflicto interno de Colombia, que ya
dura más de sesenta años, hacia los países vecinos, como parte de sus
estrategias, siempre al servicio del imperialismo norteamericano y sus
planes para reconstrucción su hegemonía sobre nuestra área continental. Por
lo demás, la nuestra es una región considerada desde los tiempos del destino
manifiesto estadounidense (1823) como su patio trasero.

La supuesta democracia de Colombia, a pesar de llevar a cabo elecciones cada
cuatro años, con su triste historial en materia de violación a los derechos
humanos, con sus cuatro millones de desplazados internos y con sus miles de
asesinatos políticos, en contra de los integrantes de la oposición política y
de las organizaciones sindicales,  obreras y campesinas, se nos vende como
la mansa paloma frente a los supuestos planes agresivos de su vecino, la

República Bolivariana de Venezuela.
Realmente, lo que está sucediendo es que, cuando el presidente venezolano,
Hugo Chávez Frías previene a su pueblo y a sus fuerzas armadas sobre la
necesidad de prepararse contra los planes agresivos del Imperio, a partir de
las bases militares situadas en territorio colombiano, se le da un giro
total al sentido de sus manifestaciones para atribuirle intenciones
agresivas al gobierno y a la nación más amenazada por el imperio del Norte,
acudiendo al uso casi monopólico de los medios de comunicación social, al
servicio de unas cuantas empresas transnacionales, con amplia hegemonía en
ese campo.

 

Ni siquiera se trata de ser chavista o antichavista, para el caso
venezolano, sino de asumir y la analizar lo que está ocurriendo en el
escenario regional, con un mínimo de honestidad y de apego a la realidad.
Actuar en sentido contrario es, ni más menos, que hacerle el juego a la
maquinaria totalitaria del aparato mediático internacional, dentro del que
se incluye el diario La Nación, de San José de Costa Rica, una especie de
eterno oráculo de la oligarquía costarricense y de sus congéneres del resto
de la América Central, cómplices además del golpe militar en Honduras y de
las fraudulentas elecciones, programadas en ese país, para el día domingo 29
de noviembre próximo.

A.L. baraja ideas ante la Crisis.

Lula y Uribe intentarán desbancar al dólar

Mandatarios impulsarán uso de monedas locales en el comercio bilateral

Brasilia
EFE

Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Colombia, Álvaro Uribe, anunciaron ayer su intención de estudiar la posibilidad de usar las monedas locales de sus países en el comercio bilateral, para romper la “dependencia” del dólar.
Durante la visita de Estado que Uribe hizo ayer a Brasilia, Lula sugirió adoptar el mecanismo utilizado por Argentina y Brasil desde octubre del año pasado, que permite a exportadores e importadores realizar sus operaciones en sus respectivas monedas, sin necesidad de recurrir a los dólares.
“Tenemos que pedirle a nuestros ministros de Hacienda que creen reglas para que no dependamos tanto del dólar, que está cada vez más escaso y más condenado”, afirmó el gobernante brasileño en una rueda de prensa junto a Uribe, quien concluyó ayer en Brasilia la visita que comenzó el lunes en São Paulo.
Según dijo Lula, “si en la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur) conseguimos reglas para negociar en monedas propias, tendremos menos problemas de crédito” y las operaciones comerciales serán favorecidas además por mejores precios, debido a los ahorros que se obtienen en los costos financieros y comisiones.
Uribe dijo haber tomado “atenta nota” de esa sugerencia y apuntó que “sería prudente” que los ministerios de Hacienda de Colombia y Brasil “encuentren mecanismos” para hacer operaciones en las monedas propias.
También planteó que, en caso de llegarse a establecer la fórmula apropiada, se acompañe de “unos mecanismos de seguro de tasa de cambio, a fin de que el riesgo de sobresaltos cambiarios no haga perder la confianza en el experimento”.
Según Lula, se trata de hacer en Suramérica “lo que en otros tiempos el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) no aceptaban, lo que Estados Unidos no veía con buenos ojos o la Unión Europea (UE) no entendía”, que es buscar “caminos propios” y sin “tutelas” para salir de una crisis.
“Es momento de pensar políticamente y no económicamente”, sostuvo Lula, quien apuntó que América Latina debe dejar de “depender de lo que dependió durante todo el siglo XX, que era la decisión de los países más ricos”, a los que responsabilizó de la actual crisis financiera global.
Más comedido, Uribe coincidió con Lula y condenó a aquellos que en los últimos años “cambiaron la producción por la inversión en los mercados especulativos”, y afirmó que “el capital debe ser un factor de creación de riqueza social y no de especulación”.
No obstante, sostuvo que esta crisis “no deroga la economía privada”, que debe ser potenciada junto con una acción más enérgica del Estado en favor de la inversión y la producción.
Uribe también puso a Brasil como un ejemplo de conducta ante la crisis y afirmó que todo lo que suceda en este país supondrá una “esperanza” para el resto de América Latina.
El presidente colombiano dijo que el éxito del Gobierno de Lula ante las turbulencias “contribuirá” a que no se frene la inversión brasileña en su país, que se calcula en unos $1.500 millones.
Según Uribe, la decisión de Lula de dar mayor participación al Estado en la economía y al mismo tiempo favorecer la iniciativa privada, sin descuidar la inversión social, debe ser imitada.
“Es el equilibrio que dista del odio social y del capitalismo salvaje”, declaró el presidente colombiano en relación a Lula.
La visita ha servido también a Uribe para agradecer personalmente a Lula el “discreto” apoyo de Brasil en una reciente operación que permitió liberar a seis rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“Nos ha ayudado a que el mundo comprenda que la paz no se puede lograr sin seguridad” y que eso “no es un axioma de la derecha y una negación de la izquierda, sino una condición de la democracia”, dijo el mandatario colombiano.
Tras la rueda de prensa, Lula ofreció un almuerzo en honor al presidente colombiano y a la delegación que le acompaña en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Después, Uribe visitó el Congreso y el Supremo Tribunal, tras lo cual tenía previsto emprender el regreso a Bogotá.

Colombia: A los Huitotos les Falta una Niña.

Columna
LIBERTARIOS Y LIBERTICIDAS(170).
Por Rogelio Cedeño Castro.
Correspondiente al sábado 25 de octubre de 2008.

A LOS HUITOTOS LES FALTA UNA NIÑA.

ooooo

Por los veleidosos azares del destino me hallaba en Bogotá, la capital

colombiana, aquel día sábado 19 de agosto de 1995, cuando me encontré con

los contenidos de la página 1E, de la edición del diario El Tiempo de ese

día, que acaba de adquirir en alguna venta esquinera, donde se destacaba una

noticia que, de manera inevitable, llamó mi atención y guiado por un extraño

impulso la he guardado, a lo largo de estos años, al cabo de los cuáles he

vuelto a leerla, al sacarla de  entre mis viejos papeles. El título decía «A

LOS HUITOTOS LES FALTA UNA NIÑA. La pequeña lleva una semana desaparecida.

Con su lengua indígena materna como único contacto con la ciudad, Ana

Girlesa Perdomo se extravió el lunes pasado, cuando su tío fue atracado en

el centro de Bogotá. Su comunidad aguarda el regreso de la menor».

(Ver texto completo en Página Colombia.)